En el deporte hay que tener el equipo adecuado, determinación y concentración en el objetivo, no sólo para el atleta, sino también para el fotógrafo. Una buena preparación lo es todo. Por eso, mi reportaje empieza mucho antes de pulsar el disparador por primera vez: en casa. Delante del armario.
Comprobación de la ubicación
El primer factor que influye en mi planificación es la ubicación de la foto. ¿Voy a fotografiar de forma más o menos estacionaria en un espacio delimitado, como una sala o un estadio? ¿O me muevo al aire libre? Dependiendo del lugar al que viaje, mi lista de equipaje también cambiará, sobre todo en lo que respecta a la ropa. No hay nada peor que llevar la ropa equivocada para una sesión al aire libre. Por eso: vigila siempre el tiempo y prepárate para cualquier cosa. Sobre todo si puede hacer frío o mojarse. Mi consejo para las manos: protectores para los dedos. Te mantienen caliente, pero puedes seguir manejando la cámara con sensibilidad. Además, para mí es esencial un calzado adecuado. Una pisada segura ayuda a poder concentrarse plenamente en el sujeto. También recomiendo una correa de alta calidad (de las denominadas sun sniper) para la cámara y una segunda o incluso tercera batería, ya que sobre todo las temperaturas frías agotan las baterías muy rápidamente. Además, la fotografía deportiva suele utilizar el modo de disparo continuo, que requiere mucha energía.
El reto de la fotografía deportiva
Si acompañas al deportista -el sujeto de la foto-, tu propio equipo se vuelve aún más crucial. Al fin y al cabo, también debo disponer del equipo adecuado para poder practicar el deporte en sí.
Aún más: tengo que preguntarme de antemano si yo mismo soy capaz de satisfacer las exigencias de cada deporte. ¿Estoy en forma para una excursión en bicicleta de montaña? ¿Puedo soportar el peso extra de mi equipo fotográfico en una excursión de esquí de montaña? ¿O tengo suficiente experiencia para una vía ferrata?
Si tienes que admitir que la respuesta es «no» en tu caso individual, deberías reconsiderar tus planes. La seguridad propia y ajena en la fotografía deportiva y al aire libre es primordial. Una buena foto sólo tendrá éxito si puedes concentrarte plenamente en ella. Esto no funciona en cuanto estás tenso. Tienes que sentirte cómodo en tu entorno.
De cerca o de lejos
Después de haber reunido la ropa adecuada y el equipo deportivo necesario, el siguiente paso es conseguir el equipo fotográfico adecuado. Para ello, sin embargo, tengo que tener claro qué tipo de foto quiero hacer. Puedes elegir un primer plano en el que se enfoque al deportista, detalles de su entorno o el equipamiento deportivo (contenido de esta entrada del blog).
O da la vuelta al enfoque y elige un motivo gran angular, por ejemplo con la naturaleza en primer plano. En este caso, el deportista solo desempeña un papel secundario (véase la entrada del blog Fotografía deportiva: Fotografía de exteriores – el deportista en su entorno).
No importa qué opción elijas: Lo mejor es concentrarse en una variante fotográfica, sobre todo en la fase inicial. Así será más fácil interiorizar los ajustes y adquirir confianza en el uso de la cámara.
Valor para fotografiar de cerca
Con este post, me gustaría orientarte sobre cómo hacer fotos muy expresivas utilizando los medios más sencillos posibles. En primer lugar, me gustaría animarte a que te acerques al sujeto. Tan cerca que el zoom del objetivo sea suficiente para sacar la sección deseada de la foto.
Puedes ampliar el objetivo al máximo, pero no debes hacer más zoom. En otras palabras, debes evitar utilizar el zoom digital (sólo se aplica a las cámaras compactas). La razón: la imagen pierde píxeles, lo que afecta a la resolución y, por tanto, a la riqueza de detalles. El objetivo es hacer fotografías de fotograma completo. Por tanto, el sujeto debe ocupar todo el encuadre.
De este modo, las cosas que quieres captar en una fotografía deportiva de detalle se hacen visibles: las gotas de sudor en la piel, la tensión muscular durante el esfuerzo, el puño del ganador en la línea de meta o el atleta en la vista general… hasta aquí llegaremos en esta entrada del blog.
Detalles junto al detalle
Para mí, en una foto deportiva es fundamental transmitir dinamismo. En mi opinión, en una buena foto hay que poder ver y experimentar el movimiento. Los elementos que rodean al deportista son una ayuda para ello. Incluye la naturaleza en la composición de tu foto. Con esto me refiero a la arena arremolinándose durante el voley playa, la nieve volando en la pista de esquí alpino o las salpicaduras de agua durante el crol. Cuando hay el máximo movimiento posible en el encuadre, suele ser el momento adecuado para pulsar el disparador.
Ajustes técnicos de la cámara
Ahora que hemos aclarado qué tipo de fotografía deportiva vamos a hacer y qué equipo necesitamos para ello, la siguiente sección trata sobre los ajustes adecuados de la cámara. Básicamente, la fotografía deportiva requiere un cierto nivel de calidad en el equipo fotográfico. En cuanto hay movimiento, aumentan las exigencias para el objetivo y el cuerpo de la cámara. Hay tres categorías principales de cámaras: réflex digitales, cámaras de sistema y cámaras compactas. Yo desaconsejaría las cámaras compactas porque tienen objetivos zoom fijos que no suelen tener suficiente distancia focal. Además, su enfoque automático y su velocidad de disparo continuo suelen ser demasiado lentos.
Para conseguir el mejor resultado posible, es necesario un teleobjetivo. Puedes arreglártelas bien con una distancia focal de 70 milímetros o más. Sin embargo, lo óptimo es disponer de entre 120 y 300 milímetros. Estas cifras se refieren a una cámara con un formato de 35 milímetros, que en fotografía digital corresponde a una cámara de fotograma completo (cámara profesional). Dado que en la mayoría de los casos la fotografía se realiza con un formato APS-C clásico (o formato DX para Nikon), hay que tener en cuenta el factor de recorte (1,6) para las distancias focales mencionadas. En este caso, las distancias focales de 50 a 250 milímetros suelen ser suficientes.
Mi consejo: en principio, los objetivos de distancia focal fija (no zoomables) son de mucha mejor calidad, lo que se traduce en imágenes más nítidas y detalladas. Su desventaja: el precio más elevado. Independientemente de la cámara que elijas, es importante disponer de un objetivo con autoenfoque rápido. Es algo que debes tener en cuenta al comprar una cámara.
Sal del modo automático
A veces hace falta un poco de valor para poner el dial de la cámara en modo manual por primera vez. La buena noticia es que a menudo se pueden conseguir muy buenos resultados en modo semiautomático. Suele haber dos opciones: prioridad de apertura (S, o Tv con Canon) y prioridad de apertura (A, o «Av» con Canon). Yo recomiendo elegir «S/Tv». Aquí tienes la opción de ajustar el parámetro de tiempo (tiempo de exposición) manualmente. La cámara ajusta automáticamente la apertura. Si también está activado el iso automático, se aplica lo mismo. Es aún más fácil si tu cámara tiene preinstalado un «modo deportivo». Éste selecciona por sí mismo los ajustes básicos adecuados. En la fase inicial, esto puede ser una ayuda útil.
Dado que en los deportes hay que contar con movimientos muy rápidos, son imprescindibles tiempos de exposición cortos o muy cortos. Por regla general, los valores de entre 1/500 y 1/1000 segundos producen resultados agradables y nítidos. Sólo para movimientos muy rápidos (por ejemplo, una pirueta en patinaje artístico) son necesarios tiempos de exposición aún más cortos. Deberías elegir estos ajustes si quieres «congelar» la escena por completo (nota al margen: el tiempo de exposición más corto de la mayoría de los modelos de cámara es de 1/4000 segundos). Si quieres conseguir un cierto desenfoque de movimiento, deberías tender a utilizar un tiempo de exposición ligeramente superior.
El efecto pull-along
El objetivo del llamado efecto pull-along es enfocar al atleta y dibujar un fondo desenfocado por el movimiento. En los deportes de motor, el ciclismo o el esquí se pueden conseguir efectos muy bonitos, es decir, siempre que se trate de velocidades altas. Para ello se necesita de nuevo el diafragma automático «S/Tv», pero esta vez un tiempo de exposición muy largo: de 1/60 segundos a 1/200 segundos.
La dificultad estriba en que estos ajustes se pueden controlar sin trípode, es decir, a mano alzada. Por eso, un estabilizador de imagen activado es muy útil en este caso, siempre que la cámara y el objetivo dispongan de esta función. Garantiza aún más nitidez en el atleta. El disparo continuo es indispensable para captar el momento perfecto. El modo de disparo continuo suele encontrarse en el dial de modos, en C o CL/CH (Cadena baja/alta), o en el menú, bajo el epígrafe «Disparo continuo».
En modo de seguimiento
La fotografía deportiva se basa en el movimiento; por este motivo, la calidad del enfoque automático es más importante que para una naturaleza muerta. Las cámaras de alta calidad consiguen capturar una imagen nítida cuando el deportista y la cámara están en movimiento. La razón: no sólo tienen autofoco, sino también un modo de seguimiento (nota: en el modo de seguimiento, el sujeto debe estar siempre en la zona de enfoque seleccionada). Esto mide constantemente la distancia al sujeto y lo mantiene perfectamente enfocado en cada disparo del obturador. Las cámaras profesionales pueden incluso reenfocar entre imágenes en modo de disparo continuo.
La fotografía deportiva es deporte
Fotografiar deportes también significa que el propio fotógrafo debe estar siempre en movimiento. Sólo si sigues siempre a tu sujeto, siempre cerca, captarás los mejores momentos. Cambia varias veces de ubicación y, por tanto, de perspectiva, y no pierdas de vista el sol. A favor y en contra de la luz: ambos pueden tener un efecto interesante y crear ambiente.
También puede ser útil adoptar una postura baja. La perspectiva desde un poco más abajo hace que el atleta parezca más alto y, sobre todo, más presente. Una posición extremadamente baja también puede crear un efecto emocionante. Si tomas una imagen borrosa del suelo delante del sujeto, el espectador tiene la sensación de estar «allí».
Básicamente, siempre debes colocarte con las piernas un poco abiertas y, por tanto, quieto. La mano izquierda sujeta el teleobjetivo (se aplica a cuerpos diestros) para garantizar una buena estabilidad. Atención: la mano no debe bajar sobre el anillo de enfoque. Con teleobjetivos grandes, también se puede utilizar la base del trípode para sujetarlos.